EN TIEMPO DE RUMBA Completamente mojada la mañana por un pie indeciso bien se comprende que de noche se puede reventar con un ataque de ajipa y de hielo dirigido a la médula espinal bien se dice durante el silencioso hervor de los huesos que no se mueve la mano y cuando el cuerpo se satura de sal “ inician los cabellos una búsqueda de fierros z en la inmóvil parte frontal de una playa donde muchos buzos juegan con un amplio vestón de cazador y de una de las cumbres de la luna se desprende una esfera llena de cosas rotas en el sueño íntimamente caluroso en momentos de delirio por el chimpancé que ha dado comienzo con cuidadosos ademanes a una explicación sobre la vital importancia del hocico y el grito de alarma. Vengan los familiares encontrando así una tabla con inscripciones en francés y un zapato ajeno a la ternura un niño no entiende a través de sus cabellos de seda b a U de la amiba de madera que flota en alcohol con innumerables cintas y ganchos en el puerto amenazado por mil peligros y visiones fantásticas en el pesado símbolo de la dicha con circunferencias ó perfectamente trazadas por un cóndor asustadizo unos centros nerviosos fragantes hunden su emoción ¡ en biberones de formas las más tontas y cortadas líneas de circunvalación en la oreja ponen fin a la corneta inyectada al débil día gris que tiene por música la linaza y un pato con las ilusiones trocadas y la cola de lumbre. —dJoshé Cracásh |