ALGUNA CONTRIBUCION A LA CULTURA Iniciamos la presente publicación llevados por el propósito de aportar, en la modesta medi- da de nuestras capacidades, alguna contribución a la Cultura. No pretendemos otra cosa, y es por ello que —desde luego— nos apresuramos a abrir las páginas de esta revista a todos aque- llos hombres de letras, viejos y jóvenes, que buenamente desearan colaborar en la misma. Es evidente que en tiempos de crisis la vida cultural habrá de señalar índices harto indigen- tes, y que sus manifestaciones podrán ser, en cierto modo, consideradas como una incongruen- cia; pero no por ello ha de ser menos cierto que precisamente en tales períodos de crisis es cuando se muestra aguda la necesidad de aquellas manifestaciones como contrafuerza. Lamentablemente para muchos escritores jóvenes —y se puede decir, en realidad, para to- dos, y sin duda que los hay de talento—, éstos no siempre encuentran la debida hospitalidad para sus trabajos, cuando ello no se debe al es- casísimo número de publicaciones apropiadas, de efímera existencia en la gran mayoría de los casos. Lejos estamos de hacernos ninguna ilusión con respecto a esto último. La cosa es difícil. Es bien sabido que una revista de cultura —y triste es decirlo— hoy por hoy está condenada a morir a breve plazo. Sin embargo, estamos asimismo decididos a capear el temporal hasta donde nos alcancen las fuerzas. Y para ello hemos de contar con la generosa acogida de los lectores puedan brindarnos.