RECORDACIÓN FLORIDA < 123 también entran, a la parte de este servicio, co- mo beneméritos con los que quedan mencionados, -es de considerar; que así de los que quedaron en México, como de los nobles personajes que después en-el primero y segundo viaje que D. Pedro de Al- varado hizo a España, pasaron en su compañía mu- chos ilustres hombres a este Reino, de cuyo excelen- te e ilustre número hay florida y estimable descen- dencia en esta ciudad; mucho más aumentada des- pués con las calificadas personas que han pasado con los gobernadores presidentes, que sucedieron a don Pedro de Alvarado y otras que pasaron con ocupa- ciones de oficios Reales, después de haber servido en los ejércitos de Flandes, Cataluña, Italia, Barce- lona, Extremadura, y otras partes, como en la paz, otras que sirvieron dentro de la casa Real y otras ocupaciones políticas, dentro y fuera de España. Comprobándose ser por ambas líneas de ilustres y conocidas prosapias y las que adelante nominaré, sin mezcla alguna que les haya hecho perder aquel primer esplendor que heredaron; porque siempre casaron, los que se hallaban solteros, no sólo con mu- jeres españolas, sino con españolas de claros linajes: comprobándose más con una carta del Adelantado, escrita al Cabildo de esta ciudad de Goathemala, lle- gando a Puerto de Caballos de la vuelta de España: y la carta, cuyo original para con otras en el Ar- chivo, es la siguiente: «Magníficos señores: Ya creo, que por cartas mías, que yo escribí a esa ciudad, de Valladolid, sa- bréis mi venida y el suceso de mi buen despacho Ahora, de nuevo, no habrá que decir, sino que, gra- cias a Nuestro Señor, yo soy llegado a salvamento a este Puerto de Caballos, con tres naos gruesas y trescientos arcabuceros y otra mucha gente, donde pienso de detenerme algunos días, hasta que de esa