98 FUENTES Y GUZMÁN a la parte del Levante que a la del Poniente. Le- vántase, por eminente profundidad, a maravillosa y descollada altura, con alegre y desenfadada dis- posición en su corpulenta forma, sin que se le arri- me otro monte alto ni bajo que le confunda; de- Jándose admirar por su descuello a mucha distan- cia de leguas, examinada y repechada la eminencia de su cumbre. Consta su camino, por derechura desde el pie a la gola, de tres leguas y media de al- tura; esto es por la parte que mira a esta ciudad, que por la falda, que tiene a la parte del valle que va a Alotenango, tiene más de cinco leguas de su- bida. La formación de su tendida falda, en figura esférica perfectamente, por el término de diez y ocho leguas con igualdad se dilata; con tanta per- — fección igualada, que a todas partes se halla a una misma figura representado. De esta, robusta y cir- cunferente falda, se va con proporción levantando, y correspondientemente disminuyendo, hasta rema- tar en punta. No sólo es objeto deleitable a la vis- ta por las amenidades que ofrece, sino por lo útil y abundante de la producción de su tierra, en tan- tas fecundas y abundantes milpas de dilatados mai- zales, que siendo las pertenencias de sus cultores de forma cuadrada, cultivadas unas y breñosas otras, forman un ajedrez concertado y vistoso, que produ- ce óptimos y regalados frutos a la nivelación de los tiempos; siendo, juntamente, culto y abundante jar- dín, selva y semental, que produce a un tiempo maíz, frisoles, maderas, hortalizas, como también un agre- gado abundante de flores, desde un Enero a otro, siendo muy exquisita la que en él no produjere, en especial de las que son de Castilla, y de las de la naturaleza de estas tierras, las que llamamos de tie- rra fría: introduciéndose, por todas las mañanas de los días del año a esta ciudad, innumerables indias