RECORDACIÓN FLORIDA 81 que había llegado su corruptela), ?* y ésta era pro- ducida de algunos mercaderes y oficiales, que maño- samente había introducido con el pretexto de contra- tar, el rey Montezuma; por si así, introduciendo mucho número de los suyos, podía sojuzgar el Reino de Goathemala, y los pueblos en donde hoy la ha- blan son los que, descendiendo de los indios que vi- nieron a la conquista con mnuestros españoles, y des- cendieron de aquellos mercaderes, la tienen como ma- terna, que son muy pocos; pero es verdad que siem- pre fué reino aparte del mexicano, como lo siente quien lo miró y supo de más cerca.* Y cuando no fuera suficiente*lo referido, para pensar que, por faltar aquí el establecimiento de aquel estatuto, se debe creer que Montezuma no lle- gó no sólo con su dominio, pero ni con sus armas a Goathemala, aunque quiera conjeturarse que su gran poder lo tuvo todo avasallado, hasta lo más remoto; es muy de razón el que nos pongamos de parte de este crédito, cuando lo contrario aseguran lugares muy inmediatos a su corte, que jamás, aunque lo pro- curó muchas veces, consiguió dominarlos, resistien- do a poderosos ejércitos que echó sobre ellos infruc- tuosamente: puesto que a Tlaxcala, a quien procu- ró reducirla, con tanto ahínco «no pudo ni por ar- did, ni por guerra manifiesta debelarla, ni traerla a su obediencia jamás; quedando libre aquesta pro- vincia de semejante sujeción, siendo bastante a man- tenerse en su libertad contra un Reino tan podero- s0, y tenaz en las resoluciones de sus máximas, y esto no distando más camino de corte a corte que treinta leguas». ¿Pues cuánto menos debe presumirse que ?% Véase: Reinoso: Vocabulario de la lengua mame. Prólogo—México—1916. - *5 Torquemada—2 p.—Lib. 6, Cap. 8—f. 413.