RECORDACIÓN FLORIDA 65 y a los sitios más convenientes a donde llamase la ocasión militar: no siendo menos importante el que, habiendo muchos pasos impertransibles y peligrosos, por haberlos cortado los indios de la sierra y otros pasos voladores, que hizo la propia naturaleza en muchas partes, como hoy se ve después de las peñas que están entre Godínez y San Andrés Semetabaj a gran distancia de camino de esta nautraleza, que yendo a Semetabah, ha estado- de estas peñas, que si alejada se eleva a la siniestra, despeñó perpendi- cularmente a la laguna, y más adelante para Saqui- xalá, otro gran paso volador, que cae a mucha pro- fundidad al río de Panahachel, que es paso inex- cusable, al que traía el ejército español y era iti- nerario de Alvarado, el que, estos indios de Goa- themala los aliñasen y dispusiesen de calidad, que diesen paso a su trabajado ejército y que junta- mente condujesen a hombros, el bagaje y lo demás necesario. Correspondió el efecto a la promesa del goathe- malteco rey Zinacan, viniendo puntualmente de sú orden a incorporarse, los dos mil indios que se de- mandaron de socorro, con nuestro ejército católico; y D. Pedro de Alvarado, recibido este refuerzo de gente, todavía se detuvo en los contornos de Utatlán siete u ocho días, entretenido en hacer en- tradas en algunos pueblos rebeldes, que, habiendo dado la obediencia a su Majestad, la habían ne- gado y se volvían a alzar como se dirá de intento en la segunda parte: con cuya ocasión de rebeldía y para asegurarlos más y poder reconocer en ade- lante si eran indios por conquistar o indios alza- dos, fué en esta ocasión preciso, en todo el país de Utatlán, herrar muchos indios; los cuales, paga- dos de ellos los reales quintos, se repartieron entre los soldados de nuestro ejército, quedando con esto 5 Te AA AE d A U TE EANOAECAO CO ENE —]I NN D6 = IP AE A A al B