d — ——o—L—]————]]———————;;TC—];[.[]—;—;———]Ñ—— 58: FUENTES Y GUZMÁN noticia, de que volvía sobre él todo el mayor resto poder de los pueblos comarcanos, puestos en la resolución desesperada de morir en esta lid o ven- cer el aliento de nuestros españoles; mas al recibir esta intempestiva noticia, salió al punto el Adelan- tado a lo libre y desembarazado de un llano, donde al darse vista los dos ejércitos, empezó, sin dilatar el tiempo, lo numeroso de los indios a cercar nues- tro ejército; disparándole mucha cantidad de vara tostada, flecha y piedra, y juntamente de acometer osada y unidamente con mucho número de lanzas, de la piedra de Chai, y puntas de cobre, y de metal campanil, con que ocasionaban a nuestra infantería mucho daño y no menor disminución, envenenadas aquellas puntas, sin otro algún remedio, que el de morir, hasta que después de mucho tiempo, se al- canzó el áspero remedio de los cauterios de fuego. Pero la caballería, convidada de la limpieza igual de la llanura, acometió con sus tropas por una parte del escuadrón contrario, y rompiendo por él con ace- lerado choque de sus violentas tropas, con breve término de combate, hicieron volver las espaldas al grande número. de los indios; quedando en esta, no menos apretada que sangrienta batalla, heridos mu- chos soldados de nuestros españoles y uno de los ca- ballos de las tropas, y no siendo ligeramente lamen- table el suceso, de parte de los 1nd105, así por la - pérdida de la facción, como por la muerte de cier- tos indios principales de su numeroso ejército, cu- yos nombre y cargos superiores diremos en la segun- da parte; quedando a esta causa temerosos y llenos de espanto los indios de aquel círculo, siéndoles de grande asombro el nombre de Alvarado. Entraron en acuerdo todos los más caciques de la comarca, detenidos y suspensos en largas conferencias por al- gunos días; en que, el valeroso Adelantado y su gen-