42 FUENTES Y GUZMÁN se las familias, volvían a sus casas regocijados y ale- gres a desquitar el ayuno que les había antecedido; porque les tenían dispuestas muchas y abundantes viandas, que a costa del rey se daban como limosna publ1ca, a que se entregaban con excesiva y bestial gula, y mucho más a la gran cantidad de la chicha (bebida que embriaga con increíble actividad, com- puesta de zumos de diferentes frutos): 1% con que de esta manera, embriagados, con semejante bebida fuera de su acuerdo, era todo confusión y horror entre ellos, porque cantaban unos, lloraban otros, daban muchos temerosas y levantadas Voces, y sien- do esta ocasión para lograr sus pasiones, ninguno la desperdiciaba; hiriendo y matando a su salvo a los que les parecía, juntándose torpemente con sus hi- jas, hermanas, madres y concubinas, y acometiendo cárnalmente a las niñas tiernas de seis y siete años; siendo para ellos no menos oportuna la ocasión de este logro, que para el demonio de grande interés toda la fiesta. ¡Ojalá que aquella costumbre de las torpezas antiguas y embriagueces desordenadas, con que aque- llos miserables gentiles se solazaban y entretenían en sus fiestas, se hubieran removido de la memoria de los indios presentes! que ya cristianos no lo parecen en estas ocasiones, en que, de la misma manera que sus pasados, se eritregan a todo lo. que es gula, em- briaguez y torpeza abominable; de que cada día hay infinitos lastimosos ejemplares, que no pueden tener remedio, aunque los ministros y curas de sus almas lo soliciten, y algunos jueces inferiores de te- merosa conciencia y celosos del servicio de Dios, lo deseen. Pues no hay que oponerse a las licencias que de esta ciudad de Goathemala, solían, no a mu- 16 Juan Sor de Ahan, fab. Muntrat. 4-f. 381.