RECORDACIÓN FLORIDA 39

nera de mitras, a quienes seguía gran multitud de
hombres desnudos, y embijados, sin más atavío que
una manta de corteza de hule, que les cubría las par-
tes vergonzosas; y éstos representaban la parte más
miserable y plebeya del pueblo, llorando y gimien-
do, murmurando, y pidiendo a su Dios Exbalanquén,
que<les. .diese vieteria ... ... e EN

Porque muchos señores, caciques, y principales le
iban sucesivamente echando alfombrillas de chuchu-
mites, y algodón, sobre que pusiesen los pies, sin que
ERAS e. Ze turbasen en la sucesión de su
alfombra, ni embarazasen, unos a otros, el gasto y
costo del maíz, chile, sal carnes de aves, ciervos,
puercos de monte, conejos, tepescuintles, y chícha,
es de suma incalculable, y mucho .más admirable,
siendo como era el gasto, y costo de todo, de cuenta
del erario del Rey.

Cuando esta ceremonia se hacía, por la razón
y motivo de guerra, duraba en sitio determinado al
descubierto en un gran campo el término de treinta
días, cantando al son de teponaxtles y sus trompe-
tas largas, de madera negra, flautas y caracoles, de-
lante del ídolo, y lo que cantaban eran los motivos
que a ello les obligaba la justicia, que para hacerla
tenían, pidiéndole que les ayudase a vencer, para
que sus contrarios quedaran castigados y no dijesen
que ellos tenían mejor Dios, y más valiente; y este
canto en que se alternaban, duraba de día y de no-
che, y allí en aquel campo, se juntaban las propias
milicias, y las de los cantones auxiliares, cuando lo
necesitaban; y juntas todas las tropas, salía de allí
el cuerpo del ejército a la facción, encaminándose
para el país enemigo; mas dada la batalla al con-

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